El 12 de marzo de 2007, hace casi 2 años ya, escribí un post en el que me preguntaba y preguntaba al mundo ¿Porqué nadie me quiere?. En él exponía de una forma un tanto trágica, lo que en ese momento era mi cruda realidad, y la de muchas personas que han sido menospreciadas.
Considero que cada una de las líneas que escribí refleja en muchos sentidos los errores que cometí, Sí, aunque parezca raro decirlo, mucho de lo que pasé pasó por mi culpa, y en ello se cumple la frase tan cliché de que “Si no te quieres a ti mismo, quién te va a querer?”. No fue hasta que empecé a quererme a mi misma cuando vi mi mundo de un color diferente, y el mundo me veía a mi diferente.
Les contaré mi historia personal y así me podrán entender:
Justo después de escribir el post, en verano de 2007, conocí un chico precioso, maduro y con un pasado reciente un tanto triste, al que yo veía como al hombre de mi vida (como a todos) y con el que me ilusioné, creyendo encontrar al que sí iba a quererme, me enseñó cosas nuevas, exploró en mí cosas que yo misma desconocía y me abrió un mundo lleno de romance, erótica y deleite cultural. Esto poco duró, al mes, sintió que yo le agobiaba, y que no estaba preparado para algo serio, se alejó y le perdí.
En otoño conocí al siguiente hombre de mi vida, un chico un tanto joven pero con la vitalidad y alegría que necesitaba para olvidar la tristeza provocada por el anterior, me llenó de alegría, de un romance un tanto inusual y de mucha vida sexual. Lástima que solo era eso, sexo. Ya para inicio del año siguiente, justo 2 días antes de San Valentín, me dijo que no quería nada serio, y que como le gustaba mucho podríamos seguir siendo amigos de roce. Vaya sorpresa la mía, yo que a esas alturas ya pensaba que teníamos algo más que una amistad. En la actualidad me llama, diciéndome que soy especial y que quiere reiniciar lo terminado, vaya perla!!!, Ahora que lo mande a la porra verdad!!
Estas dos “rupturas” tan cercanas me dejaron hecha polvo, en esos momentos ni yo misma me quería, estuve tan triste que me juré no conocer a nadie mas, prefería estar sola a conocer otro chico con el que ilusionarme y perder el poco amor propio que me quedaba, aún no me daba cuenta de que el error era mío y sólo mío.
Se preguntarán algunos, cómo puede ser que el error sea tuyo si no has hecho nada malo?, pues sí, fue mío porque:
1. Nunca dije lo que quería desde los inicios, deje que se desarrollaran las cosas como ellos querían que fueran
2. Me daba completamente sin reservas y eso les hacia saber que estaba totalmente a su merced, y hacían de mi lo que les apetecía
3. No puse límites ni condiciones en ningún sentido.
4. Por último y lo mas importante, vi amor donde no lo había, renunciando a lo que yo buscaba sólo por no estar sola.
No busco con esto decir que todos los casos sean iguales, pero antes de decir que el problema es del chico o chica que te dejó mirémonos con una lupa y te aseguro que encontraremos algo que nos haga cambiar de idea y que nos ayude a ser mejores con la futura relación. De todos los “hombres de mi vida” anteriores aprendí tanto, que al final quisiera agradecerles a todo la fortaleza que tengo ahora, el amor por mi misma y la seguridad que tengo de que el mundo no gira alrededor de una pareja, que puedo ser autosuficiente, y que el amor se puede manifestar de muchas formas y a mucha gente.
Hasta que me di cuenta no fue muy tarde, pues la casualidad y la vida me pusieron en el camino a mi actual pareja, con la cual llevo casi un año y con la que soy totalmente feliz, la verdad es que no sé si será el hombre de mi vida, pero sí estoy segura de que con él soy yo, me proporciona lo que busco en un hombre y me siento tan pero tan querida que lo demás son cosas accesorias que tienen poca importancia.
Al final del otro post decía “Puede que mi chico no haya llegado aun, puede que me este esperando en alguna otra parte del mundo, pero mi paciencia se agota, quiero a alguien a quien amar..” Mi paciencia no se agotó y sí que estaba en otra parte del mundo, ahora puedo decir a los 4 vientos que tengo a alguien a quien amar..
Mía
