3era cita..

Enero 7, 2005.

Un año nuevo, cosas nuevas y la misma esperanza de que él se decidiera por mi, de que la relación que llevábamos fuera algo mas que vernos para cenar e ir a la casita del amor, yo quería mas que eso, pero creo que él no.

El pasado año me gradué de la universidad y aunque lo invité estaba muy ocupado para ir a verme, pensé que ya no querría saber nada de mi hasta que en año nuevo recibí una llamada suya, eso me alentó y revivió la esperanza de que esto que sentía tuviera sentido.

Reanudamos nuestras conversaciones telefónicas, y quedamos en vernos pronto, ya sería nuestra tercera cita. Al igual que las demás me llevo a cenar, pero hoy fue algo particular, me llevó a un lugar de comida típica de su país y como le conocían me sentí privilegiada de que me llevara allí, hablamos de tantas cosas, entre ellas de lo que supuestamente era lo “nuestro”, me comento que estaba pasando un momento difícil y que no sabía que podría ofrecer.

Esa cita fue espectacular como las anteriores, aun hoy no hay ningún hombre que le supere sexualmente, pero nadie me ha marcado como me marcó él.

Los días siguientes fueron el silente testigo de mi desesperación, no podía entender cómo alguien que en la práctica me ame tanto no quiera dar un paso adelante y querer estar solo conmigo, no lo podía entender. En las fechas próximas al 14 de febrero le envío un correo expresándole todo lo que siento, grande fue mi tristeza al saber que no era correspondida, simplemente era su “amiga”, decía que no podía tener nada conmigo pues todo su tiempo se lo dedicaba a su padre que era enfermo terminal.

Lo que no entiendo es que tiene que ver su padre, su padre esta ahí y su tiempo es preciado, yo sólo quería saber si me quería igual, y con la excusa de su padre quise tapar que realmente no sentía nada por mí. Me partí en mil pedazos, el dolor era tan fuerte que me deprimí como nunca, como podía yo querer sola de nuevo?, como caí en esa trampa?, porqué?

Los días pasaron y no podía recuperarme, no creía en nadie y no quería estar con nadie nunca más.