No siempre fue así

1995

Estar con Ariel no siempre fue tan fácil, mientras crecíamos el quería mas de mi, ya no se conformaba con los besos que cada vez que podía le daba, el verme solo en la galería de la casa no era suficiente. Que sabía yo que había un mas allá?, Cómo podría imaginar que nos podríamos fundir en un solo cuerpo?, yo no sabia cómo, pero así era.

La costumbre de verme a escondidas en casa se hizo mas frecuente, yo encontraba la forma de callar a mi hermano, y el de llegar sin ser visto. Gracias al trabajo un tanto ocupado de mis padres podía verlo casi a diario, obviando los fines de semana, disfrutando cada segundo de estar con él. Salvo aquellos besos solo podíamos jugar a tocarnos, mi hermano no decía nada, pero estaba alerta, el tiempo lo empleábamos en hablar mucho y siempre bromeando.

Logré idear una forma de estar sola con Ariel, mi hermano lo hastiaba y ya no aguantaba la vigilancia. El soborno fue la única forma de comprar su silencio eterno y la distancia para estar solos. En esos momentos a solas, adoraba acariciar su pelo, dorado y lacio como ningún otro, Ariel siempre fue vanidoso y salvo por su cuerpo delgado, todo era casi perfecto.

Ya eran propicias las condiciones para lo que el deseaba, siempre quiso explorarme, yo nunca lo deje, sin embargo ese día encontró la forma, me dijo cuanto me quería y lo mucho que significaría para el sentirme, fueron en vano mis ruegos y decirle que no, me reto a demostrarle cuanto lo amaba accediendo. La ingenuidad fue más fuerte que la lógica, y mi sensatez a esa edad aun no se había hecho presente, con solo 13 años lo único que sabía es que lo adoraba y que haría todo por tenerlo siempre. No pude resistirme, accedí a sus deseos y deje que me explorara.

No conocí ni la mas mínima parte de la anatomía que el conocía, por el momento aunque accedí a su pedimento, solo lo dejaba tocarme, que explorara con sus dedos la humedad de mi cuerpo, no permití mas nada. El me enseño lo que tenia yo le enseñé lo que tenia, pero me aterraba saber que pasaría después y no llegue más lejos.

Por teléfono hablábamos de esas cosas, intentaba prepararme para lo que vendría luego. Siempre lograba que accediera con el pretexto de demostrarle mi amor, pues la prueba mayor había llegado, el me pidió que cuando volviera a verme le demostrara cuando lo quería dejándolo quererme, quererme a su manera.