Wednesday, July 19, 2006

A Time Gap..

1995-1998



Lo ocurrido con Ariel me marco de una forma tan dolorosa tal cual se le hace a las reses cuando se incorporan en los ganados, me dolía hasta lo mas profundo haber perdido el único hombre que he amado en mi vida. No estuve con mas nadie, fantaseé eso si lo admito, con compañeritos de colegios y niños lindos que veía aquí y allá, pero nada como aquello, lo que me pasaría luego nunca sería igual.

No tuve novio formal, y ya no me cuidaba como antes, el brillo e inocencia de aquella niña linda se había sustituido por el acne de la pubertad y las libras extras acumuladas por el exceso al comer. En esa época tenia una vida social activa, los quinces y visitas a cumpleaños eran el plato fuerte de los fines de semana, me adentre a la vida social de mi prima mas cercana y llegue a formar parte de su circulo de amigos, nunca me perdía una fiesta y era querida por todos.

En ese grupo me gustaban varios pero no era algo para mi, no estaba ahí lo que yo buscaba. Las salidas se hacían aun mas frecuentes, ahora se incorporaban las discos que en esa época eran lo único sano y divertido de hacer, la discoteca del Club Naco era la parada estricta de los viernes y Mónaco o Metro los sábados, buenos días aquellos.

En cuanto a amistad siempre me sentí bien en el grupo de mi prima, mis amigos del colegio y de por mi casa no eran así de sociales y yo con ella me sentía bien. En ocasiones me deprimía la sensación de no sentirme tan bonita como ella o sus amigas, pero ellas me hacían sentir bien y me olvidaba del asunto por momentos.

Las salidas eran constantes, y el contacto con ellos más, hasta que un día en unos 15, se empezó a tejer algo inesperado. El siempre me miraba diferente, yo nunca lo noté, al analizar todo bien puedo asegurar que el nunca me dejó ver lo que yo le inspiraba, pero logro acercarse y sin darme cuenta ya éramos amigos.

Arturo no era muy apuesto comparado con los demás, pero era el alma de todo y la vida de cada fiesta, su alegría se me contagiaba y su caballerosidad me quitaba el aliento, de verdad que era una dama de hombre. Ese día bailamos hasta más no poder y al irme me pidió el número. Cómo podría imaginarme yo que ese seria el comienzo del fin de mi tristeza?
Mía.

2 comments:

luima said...

Nombre de Rey tiene el Caballero

Queen of Hearts said...

Al leerte comencé a recordar mi adolescencia... tiempos aquellos. :) Saludos!